Si colocamos diversas partes del organismo en la zona de acción de los campos magnéticos, las líneas magnéticas atraviesan estas superficies totalmente y no solo actúan en los tejidos superficiales, sino que atraviesan todo el organismo, incluyendo los huesos y todos los órganos, llegando a la profundidad absoluta.
Con su aplicación se alcanza a todas las células, iones de sodio y potasio que se encuentran en la célula y el sistema coloidal. Se origina un cambio del potencial eléctrico de la membrana celular, cuyo resultado es un intercambio iónico acentuado.
Se mejora la circulación sanguínea en los vasos y capilares que se observa muy bien con la termografía. Aumentan las defensas orgánicas, lo que constituye uno de sus principales efectos.
Jacinto Verdaguer 5
Premià de Dalt
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